Los dos hijos que quedaban, Juan y Pedro, hicieron las pruebas para coroneles pero las suspendieron y el padre les dijo que les iba a entrenar para poder pasar las pruebas. Así, estuvieron entrenando muchisimo; dia y noche durante seis meses. Volvieron a repetir las pruebas y las aprobaron los dos.
Su padre enfermó, tenía cancer de pulmón. Al poco tiempo murió y sus hijos le hicieron una promesa de que seguirían siempre sus pasos y que cuidarían mucho a la mama.
La madre, muy triste, callo en una depresión muy grande y se fue a vivir a PARIS porque ver a sus hijos le recordaba a su marido. Los hijos fueron a buscar a su hermana y al principe y se fueron los cuatro a vivir a Barcelona. Querían volver a enpezar una nueva vida aunque los hermanos seguirían siendo coroneles.
Águeda.